Santana

Santana debe su nombre a una capilla levantada en honor de Santa Ana. Fundada alrededor de 1550, esta parroquia conserva varias influencias del Miño traídas por los primeros habitantes procedentes de Braga.

Incluso hoy en día, se pueden ver espigas de maíz a secar en la parte superior de los tejados. El cultivo de maíz, una práctica muy popular en el Miño (norte de Portugal), es bastante común en este municipio.

Además de la práctica agrícola, este sitio vive en gran parte de la artesanía y el turismo. Es una tierra privilegiada en términos de paisaje y del patrimonio natural. No dejes de visitar el Mercado de los Agricultores locales y verás a los hombres comercializar los deliciosos productos agrícolas, que ellos mismos recogen de sus plantaciones.

En esta parroquia, se recomienda una visita al Parque temático de Madeira y la Iglesia parroquial de Santana cuya construcción se inició en 1698 aunque solo se haya completado en 1745.

Este templo de estilo barroco ha sido objeto de numerosas reformas. Inicialmente, la sancristía fue construida en el lado norte, pero sintieron la necesidad de cambiarla al sur, considerado el lado seco y por tanto más adecuado para el almacenamiento de aperos. Este procedimiento no impidió, sin embargo, la degradación del templo que fue sometido de nuevo recientemente a una intervención.

Con tantas obras, la iglesia casi no tiene rastros de su planta original, pero tiene un alto altar fantástico con un retablo dorado y un tapiz en el centro del templo, que representa a Santa Ana y San Joaquín.