Madeira en 8 días

¿Pensando en visitar la "Perla del Atlántico"? Te damos al menos cinco razones para hacerlo. Los impresionantes paisajes del archipiélago de Madeira y la amabilidad de los lugareños son garantías de un viaje único. Añade a eso que las temperaturas suaves durante todo el año te permiten elegir a tu propio ritmo, el mejor momento para tu viaje y mírate relajándote en una de las terrazas de la isla, con la vista puesta en un mar de aguas cristalinas.

¿Ya te imaginas entre nosotros? Así que piensa en la oportunidad de observar especies únicas del mundo "in situ", en interactuar con los delfines en su hábitat natural, bucear con amistosos meros de 60 kg con total seguridad o pasear en velero para disfrutar de una romántica puesta de sol.

Si te gusta la adrenalina, también te reservamos un lugar en los coches de la cesta para un descenso de vértigo o una prueba de canoying en los hermosos ríos de la isla. ¿Sabías que en el Jardín Botánico se encuentran más de 3.000 plantas diferentes y en el Jardín Monte Palace se reúnen valiosas obras de arte? Te mostraremos mucho más: haz las maletas. ¡Ven!

Día uno: Funchal

Para comenzar tu viaje en la Perla del Atlántico, te planeamos un día relativamente tranquilo. Te recomendamos que te levantes temprano. Incluso si te alojas en las afueras de Funchal se puede llegar al centro de forma rápida y sencilla. Comienza por Avenida Zarco. Entra un momento en el Teatro Municipal Baltazar Dias para admirar su arquitectura y para en Bodegas Blandy, donde se pueden degustar los diferentes tipos de vino de Madeira.

Recorre la ciudad hacia el casco antiguo, pero antes disfruta de una breve parada en la Catedral. Siente la ciudad cosmopolita y entra, durante unos minutos en el templo para disfrutar de esta obra maestra con líneas arquitectónicas hispano-árabes y romano-góticas, construida por D. Manuel.

Al pasar por el mercado de los agricultores en el camino a la Ciudad Vieja, pasa por el edificio, respira la historia y admira la variedad de frutas y flores. Vete después a la Rua de Santa María y disfruta visitando el Centro de Historia de Madeira que te guiará a través de la historia de Madeira desde su descubrimiento en 1419.

En esta zona se encuentra una gran variedad de restaurantes de cocina regional. Disfruta de la comida y relájate un poco antes de llegar, en Campo Almirante Reis, al teleférico que te lleva a Monte, en unos 15 minutos. Disfruta de una vista aérea de la ciudad.

Al llegar a Monte, no te puedes perder la visita a los jardines del Monte Palace. Disfruta del arte expuesto allí y luego visita la Iglesia de Nuestra Señora del Monte, patrona de Madeira. De regreso a Funchal, opta por el coche canasta que te llevará a la Livramento, un viaje de adrenalina pura.

Después de un día muy ocupado, lo que te sugerimos es una agradable cena en los numerosos restaurantes de Funchal y, por qué no, un viaje a los fados, en la parte vieja, proponemos que pruebes una Poncha (bebida tradicional de Madeira).

Día Dos: Camacha, Santana y Machico

Este será un día para aprender un poco de la isla. Te recomendamos que lleves calzado práctico y cómodo. Comienza por Camacha para una breve visita. En este pueblo, puedes saber sobre la producción de mimbre, una parte importante de la artesanía de Madeira, y tal vez conseguir tu primer recuerdo. Luego, vete a Ribeiro Frio, donde se puede visitar el vivero de truchas local y conocer el espectacular mirador de Balcões. Hay 45 minutos andando para llegar al promontorio cuyas vistas te sorprenderán. Si el aire fresco despierta tu apetito, elige uno de los restaurantes de la zona y disfruta de una hermosa trucha u otro plato regional.

Después de la gira, seguimos a la ciudad de Santana para disfrutar de las conocidas casas cubiertas de paja y visitar el Parque Temático de Madeira, un fantástico recinto ferial dirigido a la historia y la tradición de Madeira. De vuelta a casa, todavía hay tiempo para una parada en Machico, donde desembarcaron por primera vez los navegantes portugueses. Puedes optar por cenar en esta apacible ciudad o elegir entre los numerosos restaurantes de la capital de Madeira.

Día tres: un fantástico viaje en barco.

Conocer la isla de Madeira durante un maravilloso viaje en barco por la costa es lo que proponemos para el tercer día de estancia en Madeira. Las opciones son muchas y debes elegir la que mejor se adapte a ti. P

uedes relajarte a bordo de un barco mientras disfrutas viendo las ballenas migratorias, sumergirte en el Atlántico y dejarte flotar con los delfines o pasar a las Desiertas, un grupo de tres islas que conforman las áreas protegidas establecidas del Parque Natural de Madeira y disfrutar de hermosas vistas y también aves raras y hermosas. Quién sabe, igual tienes suerte y das con un lobo marino, una especie protegida y muy querida en Madeira.

Si la época de los descubrimientos te fascina disfruta de un viaje en un barco del siglo XV. ¡A bordo del barco Santa María de Colón! Esta réplica, en tamaño real del barco que transportó al conquistador español Cristóbal Colón al descubrimiento de América te llevará a tomar un baño en la fantástica Fajã del Cabo Girão. También existe la opción de un paseo romántico a lo largo de la costa de Madeira, a bordo de un velero.

Día cuatro: conocer Porto Santo y relajarse en 9 km de terapia de arena.

Ahora que te has acostumbrado a las lides del mar, embarca con nosotros en un mini-crucero de un día a la isla de Porto Santo. Disfruta de la isla, explora sus paisajes, visita el campo de golf y relájate en la fantástica playa de 9 kilómetros.

En la isla de Porto Santo, puedes beneficiarte de tratamientos que utilizan la arena de Porto Santo con propiedades terapéuticas probadas en diferentes condiciones físicas que van desde problemas de carácter dermatológico a reumatismo. Alternativamente, intenta una clase en el Centro Ecuestre local.

Quinto día: Câmara de Lobos, Madalena do Mar y Porto Moniz.

De vuelta en la isla de Madeira, toma la autopista en dirección a Funchal y Ribeira Brava hasta la salida de Cabo Girão. Sube al acantilado más alto de Europa y disfruta de las impresionantes vistas de las aguas cristalinas del Océano Atlántico y la bahía cámara-lobense. Recomendamos un descenso hasta el centro de la ciudad para dar un paseo y tal vez una visita al Museo de la Prensa o el horno de cal.

Después de la gira por Câmara de Lobos, la sugerencia es tomar la autopista en dirección a Porto Moniz. Por el camino disfruta de la diversidad del paisaje. Para, por ejemplo, en uno de los muchos restaurantes en el paseo marítimo de San Vicente para un buen almuerzo.

Una vez en el pueblo de Porto Moniz, es posible conocer las piscinas naturales, el Acuario y el Centro de Ciencia Viva. Para volver a Funchal, sugerimos un paseo por el estrecho para que puedas probar la famosa brocheta regional con maíz frito.

Día seis: Pico de Areeiro y Ponta de São Lourenço.

Madeira es rica con respecto a las bellezas naturales, la mayoría de ellas ubicadas a lo largo de la costa, donde el mar se disputa el espacio con acantilados y montañas espectaculares, pero el interior de la isla también esconde tesoros de incalculable valor. Por lo tanto, no podíamos dejar de ofrecerte una visita al fantástico Pico do Areeiro, con 1.818 metros de altitud, una biodiversidad de especies impresionantes y únicas de aves.

Cuando hace buen tiempo, se puede ver desde esta masa de roca, la Ponta de São Lourenço, Curral das Freiras y hasta la isla de Porto Santo. Durante el invierno, el pico y las áreas circundantes se encuentran cubiertas de nieve, y se recomienda el debido cuidado.

Siente el aire fresco y déjate guiar por este que es uno de los tres picos más altos de la isla, pero te sugerimos que salgas del área a media tarde, con tiempo para visitar la Ponta de São Lourenço, la punta más al este de Madeira también es una reserva natural con vistas panorámicas al océano Atlántico.

En la despedida, y debido a que el día fue intenso, lo que proponemos es que después de la Ponta de São Lourenço, vayas al centro de la característica localidad pesquera de Caniçal donde se puede disfrutar de una excelente comida en un ambiente relajado. Aquí, mandan las lapas, camarones, peces damisela y la caballa a precios muy atractivos. ¡Aprovecha al máximo y vuelve pronto!

Día siete: Calheta.

Has recorrido una levada, disfrutaste de los hermosos paisajes de Madeira. Hoy vamos a Calheta. Si el clima es acogedor, tómate algún tiempo para disfrutar de la playa local. En este municipio, se encuentra el Centro de Arte "Casa das Mudas", una obra maestra del arquitecto Paulo David, nombrada para la edición 2005 del premio europeo de arquitectura contemporánea Mies van der Rohe. Relájate en la terraza o visita una de las exposiciones allí patentes.

Calheta también es famosa por producir el mejor aguardiente de la isla. Este ingrediente es fundamental para realizar la Poncha: una bebida típica de Madeira. Podrás degustar aguardiente en la destilería de Engenho da Calheta donde se puede, si te interesa, conocer el proceso de producción. Si puedes, cena en Prazeres o aprovecha para caminar un poco en el paseo marítimo de Jardim do Mar.

Día ocho: Un museo y 3.000 plantas para conocer.

En tu último día de vacaciones, puedes preferir quedarte en Funchal. Vete al Parque de Santa Catarina, elige el museo que más te convenga y planifica tu mañana. Después del almuerzo, visita el Jardín Botánico para deleitarte con los aromas de cerca de 3000 plantas de todo el mundo. Regresa al centro de Funchal y deléitate con un espectacular helado de fruta natural. De este modo se completa una secuencia de rutas a la altura de tus cinco sentidos. ¡Vuelve a menudo: hay mucho más para disfrutar!