Observación de Aves en Madeira

Tal vez debido a que dos tercios de su territorio está ocupado por bosques de laurel, exuberante y abundante, la isla de Madeira resulta ser un oasis para los observadores de aves que se desplazan de diversas partes del mundo para visitar las islas y admirar su fauna.

La variedad de aves terrestres y marinas es muy atractiva. Hay 42 especies que anidan en las islas, algunas de las cuales son endémicas de la Macaronesia y sólo existen en Madeira.

En el hábitat de Madeira, se pueden ver muchas aves terrestres como la paloma trocaz (Columba trocaz), el corrrecaminos (Anthus berthelotii), la manta (Butteo butteo harterti), el cernícalo (Falco tinnunculus canariensis) y muchas aves marinas como petrel gon-gon (Pterodroma feae), petrel (Pterodroma madeira), el pardela de Cory (Calonectris diomedea), la patagarro (Puffinus Puffinus), pintada (Puffinus assimilis), pardela de collar (Puffinus gravis), roque de castro (Oceanodroma castro), la gaviota patiamarilla (Larus michahellis atlantis), la gaviota de ala oscura (Larus fuscus) y las gaviotas de pico rayado (Larus Delaware).

Algunos observadores, más dedicados, no perdonan un viaje a las Islas Desiertas. Este pequeño territorio alberga colonias de aves marinas extremadamente importantes. Entre ellas, 150 pares de petrel gon-gon, la mayor colonia del Atlántico de alma negra (Bulweria bulwerii) y especies como el roque-de-castro (Oceanodroma castro), la pardela (Calonectris diomedea) y pintadito (Puffinus Baroli).